jueves, 9 de mayo de 2013
A OSCURAS.
A OSCURAS
Cansado, se miró al espejo y se escuchó :
“No me importaría perder mi sonrisa
porque demasiado
que ya he comprado horas a mis días,
y cerrar más puertas de casas vacías
tanto me daría,
debo llevar como cien, y
otras tantas que me esperan.
En los caminos, ya casi todo
lo perdí y a muchos amados
los enterré, y por no
quejarme ni lágrimas me quedan.
Dejé atrás mi ciudad, y en otra estoy
siempre de prestado,
pisando calles que
no son mías y lo son de
otros, y cada día me castigo
a recordar mis errores,
y a servir a los que sirvieron a
mis generaciones pasadas,
que a mi me educaron en la no vanidad.
Todo lo resistiré, todo.
Venderé mi orgullo y mis soberbias a
bajo precio,
fingiré que respiro
aun de la asfixia
y en vientos de tormenta haré trenzas
de plata con todo el sufrimiento
para tragar la humillación
y ahogar la angustia.
Pero nadie me prohibirá escribir,
nadie me romperá las
cadena del sagrado alfabeto
ni me impedirá rasgar
hojas, quemar mis ideas
a pulso de mis razones para
que nazcan palabras que yo quiera
sean poesías.
Luego, a oscuras, dueño de ellas,
ya decidiré yo si nacieron
mediocres o talentosas”
… cuando terminó, cerró la luz de la estancia; él ya estaba a oscuras.
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